
El caldo es uno de los alimentos más curativos que se pueden tomar. Los viejos “remedios de la abuela” no pierden vigencia, y los queremos poner una vez más encima de la mesa, para que no se nos olviden.
¿Por qué nos gusta recomendar el caldo?
Por sus múltiples beneficios para la salud.
Los cambios de temperatura, los contagios, el sistema inmune puesto a prueba en éste invierno tan duro que estamos pasando… buscamos recomendaciones sencillas pero eficaces para protegernos.
Este año las pruebas contra el Covid que estamos llevando a cabo en el Centro Médico Healthing han contribuido a dar tranquilidad y seguridad a nuestros clientes.
Pero, podemos hacer más cosas, y por ello queremos daros ideas, recomendaciones, sugerencias de cómo podemos estar más seguros, de que si nos contagiamos, estaremos en mejores condiciones de combatir los virus.
Es importante conocer nuestro estado de salud.
Podemos empezar por pensar en nuestra alimentación. Y es difícil mejorar los beneficios que proporciona un caldo casero hecho con tiempo y buena materia prima.
¿Qué beneficios nos proporciona el consumo de un buen caldo?
Son muchos:
- Ayuda a mejorar la salud digestiva.
El caldo proporcionan un colágeno de fácil asimilación. Esto va a repercutir en un apoyo al tracto digestivo, boca, esófago, estómago, intestino.
Todos los minerales y vitaminas recogidos en el caldo van a ayudar al sistema inmune.
También, la temperatura es importante. El caldo debe estar templado, o caliente. Mejora la temperatura corporal, ya que cuando estás destemplado es fácil caer en la gripe.
- Sabemos que en el intestino se encuentra la “base de operaciones” del sistema inmunitario. Si cuidamos de él, estaremos en mejor condición de combatir cualquier elemento extraño que nos agreda.
Es más fácil para muchos tomar un caldo que agua fría. Sobre todo en los meses de frío.
- Te conforta el organismo, aporta temperatura, relaja y da placer.
- En momentos de gripe, hidratarse es importante.
Sobre todo cuando se va cumpliendo edad, beber se convierte en difícil, se pierde la sensación de sed.
Sin embargo el caldo se toma con más facilidad. Y los nutrientes que proporciona, en vitaminas y minerales, difíciles de mejorar.
- Relaja
Tomarte un caldo relaja el sistema nervioso, y es también un truco que puedes utilizar para inducir al organismo al descanso, al sueño.
Dormir es indispensable para estar sanos y fuertes.
Como se prepara el caldo
Lo más importante, la calidad de la materia prima, y lo siguiente, el tiempo de cocción.
Elige huesos y verdura de procedencia ecológica, piensa que lo que vamos a exprimir de éstos alimentos es lo que queremos que nos sane.
No tiene comparación un caldo hecho con huesos y verduras de primera calidad que otro con productos de explotación extensiva. Se ve en el resultado final.
La preparación es sencilla:
Se necesita;
- Un pollo ecológico. Se retira a las dos horas, que es cuando la carne está ya hecha, se limpia y se vuelve a introducir los huesos.
- Un hueso de ternera ecológico.
- Verdura: zanahoria, apio, perejil, rábano.
- Sal del Himalaya
Mete todos los ingredientes: huesos de pollo ecológico, alguno puedes incluir de ternera ecológica, verdura como apio, zanahoria, rábano, patata, sal rosa del Himalaya en una olla y que cueza a fuego lento por lo menos durante 10 horas.
Este es el tiempo mínimo. Los huesos son duros, y el colágeno lo obtenemos a base de tiempo de cocción. Lo puedes cocinar hasta 24 horas.
Puedes ir retirando la carne del pollo a las dos horas, y las verduras, que en ese tiempo ya han sacado su esencia. Pero mantén más los huesos, para conseguir extraer de la médula el colágeno, que es lo que nos va a proporcionar el nutriente que buscamos.
Cuando pase esas 10 horas, tendrás un caldo delicioso que puedes congelar lo que no vayas a utilizar e ir sacándolo cuando te convenga.
Cuando se enfría, sube a la capa superior la grasa, que se puede fácilmente retirar con una cuchara.
Adquiere textura gelatinosa. Ese es el colágeno.
Fíltralo para sacar los trozos que no quieres tomar.
Tenlo siempre a mano.