
Ni siquiera las buenas costumbres se deben llevar al extremo. Cuando la obsesión se vuelve patológica, perdemos los beneficios y caemos en enfermedad. Aparece la ortorexia.
La ortorexia. Health Food Junkies.
La alimentación no es un juego.
Preocuparse, o mejor dicho, ocuparse de tener unos buenos hábitos alimenticios es lo que siempre recomendamos.
Pero sin llevar las cosas a los extremos, sin perder el equilibrio, y convertirnos en obsesos examinadores de los alimentos que estén en nuestro plato.
La obsesión por la búsqueda del alimento perfecto, la dieta perfecta, lleva a ésta nueva enfermedad, la ortorexia, que la sufre un 28% de la población del mundo desarrollado. Eso es muy elevado.
La buena noticia es que la ortorexia es una enfermedad reconocida, y diagnosticada. Por lo que deja de pasar desapercibida, y puede ser tratada.
Los Health Food Junkies
Forman un grupo que, aunque no lo necesiten por prescripción facultativa, excluyen de su alimentación carne, grasas, gluten, y cualquier alimento que sospechen que puede haber sido tratado con pesticidas o sustancias artificiales que puedan ser malas para la salud.
De manera compulsiva, compran en centros que cubran el 100% de sus exigencias, buscan información exhaustiva sobre los alimentos; muchas veces nutriéndose de fuentes inapropiadas.
Comer se convierte así en una obsesión, cada bocado es examinado, con tanta minuciosidad como sea posible, llevando a la persona a un trastorno alimentario que convierte la búsqueda de la salud, en una pérdida de ella.
El perfil de los que pueden caer en ésta patología psiquiátrica es el tipo perfeccionista, poco conforme con su imagen, con una altísima exigencia personal, y gran rigidez en los distintos aspectos de sus vidas.
Buscamos culpables
Si pensamos en causas que pueden propiciar ésta anomalía podemos echarle la culpa a esa información no siempre bien fundada sobre los distintos alimentos, campañas de marketing que, para vender sus propios productos o marcas, deslegitimizan otras.
Los Health Food Junkies pasan a ser diagnosticados con ortorexia cuando se vuelven presas de la obsesión por la alimentación, dedicando tres horas o más cada día en pensar en qué se van a comer.
Uno de los síntomas característicos es que cuando se saltan su dieta perfecta se frustran, intentando a continuación llevar hasta el máximo extremo la recuperación de la dieta perfecta.
La obsesión nunca es buena. Ni tan siquiera si hablamos de buenas costumbres.
Este fenómeno tiene una forma de expansión en las redes sociales, en donde personas como actores, o famosos, que no tienen nada que ver con el mundo de la medicina ni la nutrición, se dedican a promover dietas o hablan de las virtudes o defectos de alimentos sin ninguna base científica.
Todo ello sin control. Y aunque las personas que hacen esas recomendaciones no sean ni conscientes de que pueden están causando más perjuicio que beneficio, el resultado no es bueno.
Conclusiones
Cada vez encontramos más trastornos alimenticios. Recuerda, cuando te propongas corregir tu dieta, o hacer cualquier cambio en tus hábitos de alimentación, debes consultar con especialistas, ir de la mano de personal cualificado.
El organismo necesita unos nutrientes esenciales para su correcto funcionamiento. Proteína, grasas e hidratos de carbono. Son vitales para la salud.
Las dietas que eliminan uno de esos grupos, o juegan con las proporciones, tienen que ser controladas por personas capacitadas para ello, responsables de que el fin de cualquier cambio de alimentación sea para conseguir un resultado saludable.
No seas víctima de campañas de marketing hábilmente organizadas para vender productos, cuyo fin no es la salud, sino aumentar los beneficios.
En el Centro Médico Healthing, tenemos a tu disposición un departamento de nutrición, que de manera profesional, puede ayudarte a estudiar la mejor dieta personalizada para cada uno.
Puede estar encaminada a la pérdida de peso, a ganar masa muscular, a eliminar toxinas, a lo que cada uno precise, pero siempre buscando lo mejor para ti.
Es nuestro mejor consejo: no seas víctima de las manipulaciones de expertos en hipnotizarnos con propuestas alimenticias no basadas en salud y nutrición.
La obsesión no conduce a nada bueno. Utiliza el sentido común, y el consejo de tu médico de cabecera, o de tu nutricionista de confianza.